Un caballero de palabra

¿Cuántos hombres conoces en tu presente de los cuales puedes decir que es un hombre de palabra?

Seguramente si esta pregunta hubiese sido formulada hace unas décadas, la respuesta habría sido aún mayor. Hoy en día solo imperan los contratos, y nadie se fía ya del otro, no nos fiamos ni aún pasando por notaria.Yo llevo toda la vida escuchado a mi padre contar esa misma batalla una y mil veces. Que en su época un hombre tenia palabra y que cuando la daba, solo le hacia falta tener un testigo para que eso fuera legal. Que las personas se entendían hablando y que eran otros los valores que se las daba a lo que uno prometía.  Y esto lo dice un hombre que no entiende de leyes, ni de convenios, porque es analfabeto.

Yo no he conocido eso, bueno, lo he conocido en la persona de mi padre, porque el sigue fiel a ese hombre de palabra. Sin embargo yo pertenezco a la época de la zancadilla, esa que la mayoría no duda en ponerle al otro para arrebatar el primer puesto. Sin embargo aún quedan algunos, esos que no pierden la fe en que las cosas se pueden hacer de otras maneras.

Anoche tuve la suerte de toparme con uno.Un caballero de palabra, que cree en esta humanidad egoísta y en que todos podemos ser cambiados por su amor. Es un caballero en todos los sentidos y a mi me fascina cuando converso con Él, porque solo entonces comprendo cosas que nadie consigue explicarme. Anoche ante mi angustia, me volvió a recordar su promesa y me pregunto si pensaba que faltaría a su palabra.
Pues bien, hoy me ha demostrado y no solo de palabra, que la tiene y que la cumple.

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Hace dos semanas le pidieron a mi hija en el colegio un diccionario. Por la situación económica en la que vivo, no he podido comprarlo aún. Lucía ha llevado varios que teníamos en casa y algunos que le habían prestado, pero ninguno era el adecuado. Le mande decir a la profesora que en cuanto pudiera comprarlo lo haría, pero que de momento tenia que esperar unos días más, porque realmente no podía hacerlo y entonces le narré mi situación.
Cuando ayer nos despidieron del trabajo un compañero me dijo: anda que tú la llevas clara ahora, con tu marido también parado y tú mala. Le respondí: peor lo tienes tú, yo tengo a Jesucristo que me está enseñando a ver que Dios provee. 

Sin embargo por la noche las dudas comenzaron a nublarme el pensamiento. Y fue el mismo Jesucristo el que me salió al encuentro. Y me dijo que no olvidara su palabra, vuelvo a decirlo, todo un caballero, porque lo que dice lo cumple. Y a mi me ha dicho que su Padre provee.

Y así ha sido.

Mi hija ha llegado hoy del colegio muy contenta, con un diccionario nuevo y lo mejor de todo sabiendo que es gracias a la providencia de Dios. Se lo ha regalado quien menos me podía esperar, el padre de una niña de su clase. Por lo visto su hija le había comentado lo que la mía le había dicho a la maestra, y esta mañana se presentó con el diccionario.
Y ahora que venga el demonio y me diga a mi que Dios no provee.
Jesucristo es todo un caballero de palabra, que cumple lo que promete para mayor gloria de su Padre.

Comentarios

  1. Gracias Mento por tus animosas palabras. Tú también tienes un blog solidario y muy profundo. Gracias por compartir...

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  2. Estimada Mento: he leido tu entrada y me conmuevo, por tu Fe y abadono en Dios. A tus hijos no les pasará nunca lo que cuento en mi blog, palabra. Si puedo hacer algo no dudes en decirlo. Un abrazo,

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  3. Donde el hombre falta Dios asiste!!
    Él nunca falla.
    En mis humildes oraciones.
    Saludos!!

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  4. Ojala yo fuera más humilde ante la fe que se me está dando. Yo veo la mano de Dios en mi vida todos los dias y en las cosas mas insignificantes que se pueda imaginar. Pero tengo una lucha interior muy grande, en torno a mi conversión.Esta guerra interior que tengo es lo peor que me ha pasado en la vida. Y eso que mi vida no ha sido del todo facil. De verdad os digo que necesito quitarme esta absurda sorberbia de encima y abandonarme del todo a creer sin reparos y sin limitaciones, sin ponerle barreritas a Dios en mi conversión. De verdad que necesito un cambio porque se que me estoy jugando no solo mi vida eterna, aqui en este mundo. Sino tambien la de mi familia esa que aunque tantos sufrimientos me acarrea, porque yo no sirvo para ser madre, ni esposa, es la que Dios me ha dado. Estoy agradecida a Dios porque me siento elegida por El sin merecimientos propios.Y temo ser tan estupida, que me pase mi vida mortal poniendole barreras a Dios y no dejandole actuar en mi vida como imagino que El lo haria si yo lo dejara.

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  5. Es emocionante cómo hablas de tu padre y cómo su actitud te lleva a encontrar la verdad. En estos tiempos de zancadilla, como tu los llamas, sabemos a quien hemos de dirigir nuestra mirada. Un abrazo!

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