NOVENA AL ESPÍRITU SANTO. DÍA 7º.




Mansedumbre


     Vamos a inclinar en humildad ante el poder y la grandeza del Espíritu Santo. Adoremos a la Santísima Trinidad y démosle gloria hoy al Paráclito, nuestro Abogado.
     Oh Espíritu Santo, por tu poder, Cristo resucitó de entre los muertos para salvarnos a todos. Por tu gracia, los milagros se realizan en nombre de Jesús. Por su amor, estamos protegidos de todo mal. Y así, le pedimos con humildad y el corazón de un mendigo para su regalo de dulzura dentro de nosotros.
     A pesar de la gravedad de nuestros pecados, oh Señor nos trata con gentileza. Querido Espíritu Santo, nos da su poder para tratar a todos en nuestras vidas con la dulzura de los Santos.
     Amen.
    Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y todo será creado. Y Tú renuevas la faz de la tierra.
    Oh, Dios, que por la luz del Espíritu Santo, dio instrucciones a los corazones de los fieles, concédenos que por el mismo Espíritu Santo podemos ser siempre del bien y gozar de su consuelo por medio de Cristo Nuestro Señor,
     Amen.


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