LA SANGRE DE LOS INOCENTES.


Sí, cada día la sangre de los inocentes corre como afluentes por encima de esta tiempo, en este justo momento.
 Y el mundo sigue su ritmo. Todos seguimos a nuestro paso en mayor o menor medida. Depende del lugar en que te encuentres que un conflicto afecte más o menos a tu vida. Pero cuando te sientes unida al sufrimiento humano en si, puedes estar a miles de kilómetros y sentir ese dolor, hay heridas internas que te desgarran y duelen mucho más que las que se producen en el cuerpo. Eso siento cuando viendo los niños morir pienso en Jesús dejándose golpear, venciendo al mundo a base de latigazos que desgarraban su Santo Cuerpo. 
Le pregunto, ¿Señor te dolió mucho? Y me traspasa con sus ojos serenos, cargados de verdad y de sabiduría, cargados de compasión. 
"No me dolió nada comparado con las heridas que provocan mis hermanos en mi corazón"

Madre mía.
Me quedo en silencio, no se como asimilar esto que le oigo decirme. Necesito pensar en cuanto dolor soy yo capaz de soportar físico y pienso en algunos momentos de mi historia. Después del accidente perdía el conocimiento de dolor en las rehabilitaciones. Intento imaginar ese dolor continuo, sin que el cerebro entre en trance y se desvanezca y le oigo susurrarme: " mucho más"
Y comprendo cuanto me ama, lo poco que soy dentro de este universo y lo grande e importante que soy para Él. Igual que tú, igual que el resto.

"No cae una gota derramada al suelo sin que mi Padre la ignore"
Señor no entiendo, quiero hacerlo, pero no alcanzo a tanto. Y ya no me dice más. El silencio me invade y siento una necesidad bruta de contarlo tal como lo acabo de sentir. Me duele como antes, hay tantas cosas que sigo sin comprender, un apice de tristeza, de desgana comienza a despuntar en mi pensamiento y entonces le oigo a él. 

Es la risa de mi ángel que me acaricia. 
"No, no les permitas que te infesten de desanimo, este es el tiempo de combatir, y en la batalla no hay lugar para la derrota hasta que no se pierde el último soldado. Ellos saben más que vosotros, ellos están en su tiempo. Pero el estandarte de la cruz nunca será derrotado, no pueden abatirlo y ellos también lo saben, esa es su peor condena". 

a veces cuando él es tan directo a mi me cuesta comprender las cosas, pero esa comunicación entre ambos lleva una especie de bálsamo que me alivia y me da fuerzas siempre. Y lo mejor es que aunque no lo llegue a comprender todo se que tiene razón, el camino recorrido me lo confirma y lo sella de garantía.

Comentarios

  1. En una guerra nadie sale ganando oremos por la paz.

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    1. Cierto Maria, nadie gana en una guerra literal.
      Aunque en esta entrada me refiero más a la guerra interior que se padece frente este tipo de conflictos y que sin ellos, tal vez nuestra propia guerra interior se quedaría en off.
      Un abrazo guapa :)

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