Corpus Christi.

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"Si nunca esperas nada de nadie nunca te decepcionarás". (La campana de cristal 1963 - Sylvia Plath)


Yo...
... odio esa frase.

Me gusta Sylvia Plath por su descarado modo de escribir, a veces rayando lo mordaz más allá de lo irónico. Ni aún enfocándolo así la frase es de mi agrado. La aborrezco cuando la oigo en boca de la gente. ¿Si no esperas nada de las persona, qué sentido tiene vivir entre ellas? Somos seres racionales, creados para el desarrollo individual de nuestra propia persona, y también para la común convivencia junto a otros de nuestra misma especie. 
¿Qué sería de nosotros si un día Dios ya no esperara nada de ninguna de sus creaturas?

No me gusta la frase (.)

Aún así, no dejo de comprender que las personas, aplastadas por el peso de la decepción, decidan hacerla su bandera. Es fácil caer en la desesperanza del amparo del otro, sobre todo cuando él otro tiene sus limitaciones y es incapaz de ir más allá. Decía un amigo que no se puede pedir peras al olmo. Me recordaba el refrán, y la verdad que encierra; el caso es que vemos más veces al otro como olmo de lo que nos miramos como tal a nosotros mismos. 
Lo confieso, yo también lo hago. 

Esta mañana me levanto y me doy cuenta que es mi día. 
Me parece oír la voz de mi abuela diciendo eso de: "Hay tres Jueves en el año que relucen más que el sol: Jueves Santos, Corpus Christi, y el día de la Ascensión".

Bueno, ahora ya ni eso... desde que las fiestas son movibles y se arrastran a los domingos cambiamos ya hasta las tradiciones de nuestra tierra. 
Es que hay que imponer el respeto a los que no comparten... ¿La religión?  
...
... Jejeje... 
...Será la religión, al final, no importa si es parte de las raíces de una cultura... Cualquier día dirán también de la tauromaquia que la invento Cristo... ya lo verás. El caso es que cada vez nos parezcamos más en el modo de pensar, de actuar, de ser... y así que nadie saque los pies del barreño, para que los mismos, sigan con el dominio del suelo fuera del circulo de confort que nos han creado... globalización... en algunos casos le queda mejor el nombre de genocidio... Pero bueno, dejemos ahí el tema no sea que me censuren el blog por bullyng/bloguero.

Mi madre, que se llamaba como yo, Sacramento (o mejor dicho, yo que me llamo como se llamaba ella) solía venir a primera hora. Si yo estaba en casa antes de que me fuera a trabajar, si yo estaba fuera, estaba esperando en el porche cuando sentía el coche para salirme al encuentro y felicitarme. Ella, era un poquito porculera, jeje, me recalcaba que yo nunca tenía memoria para las fechas y que ya que yo no iba a felicitarla... (Mierda! Lo que daría ahora porque entrara por esa puta puerta)

Me he dicho a mi misma esta mañana que me negaba a sentir más dolor. Que no pensaría en ello. Y que no esperaría nada de nadie. No esperar que nadie se acuerde hoy de mi. Después de todo, quien siempre lo hizo ya no está. Pero cuando estás tan rota por dentro es cuando más consciente eres de la necesidad de muestras de cariño, de sentirte querida, amparada, protegida. Un simple beso, un abrazo, una felicitación hace el milagro... Nada. 
Quizás sea eso, que yo soy un desastre para acordarme de la fechas, de los aniversarios y esas cosas de los demás. Y con la edad te das cuentas que hay como un tope. Cumples ciertos años y la gente deja de felicitar por inercia y desprendimiento, impera el: "yo que coño voy a felicitar a fulanito o menganito, ¿el se acuerda acaso de mi?" Yo que voy a saludar a esa persona si a mi cuando pasó ayer ni me saludo". 
Nadie está en la mente del otro, no sabemos que necesidades imperan, cuanto bien se puede hacer con un pelin de altruismo. Quizás esa persona que ya no saluda, está al borde de un precipicio del que tu saludo rescate y le impida caer, volver a creer a los demás un tiempo más. Los milagros hay que forzarlos cada día un poquito para que vayan furulando. 

Yo hoy estaba muy mal. Pepe no da a más, es un buen hombre, pero mis estados emocionales siempre le han venido grande, no es cuestión de esperar que me entienda. Y como yo, tampoco es muy de detalles y fechas marcadas. 
Los niños ajenos.
La familia, los amigos... Miro el whathsapp... más de setenta mensajes, pero nadie se acuerda de que día es. Bueno... vamos a seguir y no pensar más en ello mientras avanza la mañana y por dentro una nebulosa gris va invadiendo todos mis ánimos. 
Las alertas de whathsapp no dejan de sonar. Me da por mirar y... leo: "Gordi llamame porfa que no tengo saldo. Gorditaaaaaaaa" Es mi niña, mi Marichu, mi orejitas, y me pregunto preocupada que le pasará mientras hago la llamada. 
Descuelga y me pregunta: "¿Hoy es tu día?". Estoy tan pillada que le digo que no lo sé. Pero que puede que sí. Entonces ella me dice que desde que se levantó esta mal, que no deja de pensar en mamá y que no se la puede quitar de la cabeza. 
Hace unos días precisamente me decía lo contrario, lo bien que lleva la ausencia de mamá. Así que ella estaba bastante extrañada de llevar así toda la mañana desde que se levantó. Al llegar al trabajo le sorprende que poco trafico para cruzar el puente del Quinto Centenario y le dicen que es normal porque es fiesta en Sevilla. Y entonces cae en la fecha y ve que no tiene saldo. 
Disimulo por teléfono, le quito importancia, ella no me sentirá llorar. Pero me rompo y aguanto mientras le pregunto como están, como van los niños, me cuenta que ayer les puso la vacuna... Aguanto, aguanto, aguanto... Cando cuelga me rompo y dejo ir las mareas...

Lo siento por Pepe que me ve y no me comprende y se ofusca y solo llega a decir que eso es algo que tengo que superar y se quita de en medio mientras me pregunta si estaré bien. Claro que estaré bien, yo siempre estoy bien. 

Me quedo sola y lloro durante largo rato.
Luego comprendo que es jueves, que siguen existiendo en mi interior tres al año que brillan como el sol... Porque Él es mi sol. Y mientras Él no se olvide de mi yo me niego a dejar de creer en el resto de las persona. 

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Sagrario del Altar el nido de tus más tiernos y regalados amores. 
Amor me pides, Dios mío, y amor me das; tu amor es amor de cielo, y el mío, amor mezclado de tierra y cielo; el tuyo es infinito y purísimo; el mío, imperfecto y limitado. 
Sea yo, Jesús mío, desde hoy, todo para Ti, como Tú los eres para mi. Que te ame yo siempre, como te amaron los Apóstoles; y mis labios besen tus benditos pies, como los besó la Magdalena convertida. 
Mira y escucha los extravíos de mi corazón arrepentido, como escuchaste a Zaqueo y a la Samaritana. 
Déjame reclinar mi cabeza en tu sagrado pecho como a tu discípulo amado San Juan. 
Deseo vivir contigo, porque eres vida y amor. 
Por sólo tus amores, Jesús, mi bien amado, en Ti mi vida puse, mi gloria y porvenir. 
Y ya que para el mundo soy una flor marchita, no tengo más anhelo que, amándote, morir.
(AL AMOR DE LOS AMORES JESÚS SACRAMENTADO ORACIÓN DE SANTA TERESA DE LISIEUX)

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